Cómo saldar la deuda técnica: Estrategias prácticas para equipos y C-Levels
Hemos viajado desde la definición del problema hasta la cuantificación de su costo. Ahora, es el momento de la verdad: ¿cómo la saldamos? La respuesta no es sencilla, ya que requiere un esfuerzo coordinado de todos los niveles de la organización. La buena noticia es que existen estrategias claras para que tanto los equipos de desarrollo como la alta dirección puedan gestionar esta deuda y liberar el potencial de la empresa.
Para los equipos de desarrollo: El “pago” en la trinchera
La responsabilidad de pagar la deuda técnica recae, en gran medida, en el equipo que trabaja con el código a diario. Aquí hay algunas prácticas esenciales:
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Refactorizar de forma constante: El refactoring no es una tarea separada; es una parte integral del desarrollo. Sigue el principio de “dejar el campamento más limpio de lo que lo encontraste”. Cuando agregues una nueva funcionalidad o arregles un bug, tómate un momento para mejorar el código circundante.
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Escribir tests unitarios y de integración: Los tests son la red de seguridad que te permite refactorizar sin miedo. Cuando el código tiene buena cobertura de pruebas, puedes hacer cambios estructurales con la confianza de que no romperás la funcionalidad existente.
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Implementar un proceso de revisión de código (Code Review): Las revisiones de código son cruciales para mantener la calidad. No solo ayudan a detectar bugs y malas prácticas, sino que también actúan como una oportunidad de mentoría, donde los desarrolladores pueden aprender de sus pares y asegurar que el conocimiento se comparta en el equipo.
Para los líderes y C-Levels: La estrategia financiera y de negocio
Sin el apoyo de la dirección, el equipo de desarrollo no podrá saldar la deuda técnica. Los líderes deben ver esta tarea como una inversión, no como un gasto.
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Asignar tiempo y recursos para el mantenimiento: La mejor forma de saldar la deuda técnica es programarla. Asigna un porcentaje de cada sprint (por ejemplo, 20%) específicamente para refactorizar y mejorar la salud del código. Esto convierte una tarea reactiva en un proceso proactivo y sostenible.
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Educar y comunicar: Es tu responsabilidad traducir el impacto de la deuda técnica al idioma de los negocios. Usa los datos del costo de mantenimiento, la velocidad de desarrollo y el riesgo de seguridad para mostrar a la alta dirección que invertir en la calidad del código es una estrategia de negocio inteligente a largo plazo.
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Incentivar el código de alta calidad: Reconoce y recompensa a los equipos que invierten en la calidad del código. Si solo se valoran las nuevas funcionalidades, la deuda técnica seguirá acumulándose.
La deuda técnica es un desafío, pero no es insuperable. Al implementar estas estrategias a nivel de equipo y de negocio, las PYMES pueden transformarse, dejar atrás la ineficiencia y liberar su verdadero potencial para innovar y crecer.